El situar la zona de día en la planta superior nos permite que, mediante la realización de un patio trasero, la vivienda se abra totalmente no solo hacia las vistas, sino también hacia la montaña y el sur, permitiendo así la adaptación a la complicada orografía, asoleo directo durante todo el año y un máximo aprovechamiento de los metros de este difícil solar.
El volumen de la sala de estar es acristalado tanto hacia el patio y la montaña como hacia el mar. Desde el patio y a través de la sala de estar, se tienen visuales a las copas de los árboles del entorno y las vistas al mar.
Logramos una solución armónica, la zona del día se inunda de luz y, resaltando los atributos de la ubicación, logra de manera natural la conexión de montaña y mar.